Como me mueve el sentimiento 2 de 2
Cuando escribo sus corazones son míos para conservar por unos instantes, puedo manejarlos a mi antojo, hacerlos sentir cosas que jamás pensaron posibles. Cuando escribo me siento libre, puesto que me encamino por mi meta en este mundo.
Mi meta personal es esparcir por doquier mi felicidad, mi amor, mis más profundos sentimientos. Y qué mejor manera de hacérselas llegar en papel.
Es la forma idónea para transitar lo insensible al tacto, son cosas que para ser experimentadas, necesitas tener un corazón abierto, dispuesto a sentir maravillas, y poder identificarte con lo que se escribe. Si escribes boberas, boberas piensan todos, si escribes de buen humor, todos reirán.
¡El corazón, no como ente regulador de las emociones (porque no lo es), sino como símbolo de caridad, simpatía, condolencia, humanidad!
Es de donde proviene toda nuestra sensatez, nuestra capacidad para sentir, nuestros más codiciados secretos, nuestras metas. Hasta los terroristas se manejan por emociones, emociones que, bajo control de alguien, son puestas en la dirección equivocada.
Con mi escritura los hago sentirse llenos y vacíos al mismo tiempo.
Los hago sentirse culpables e inocentes, bellos y feos, malos y buenos.
Los hago quererme y odiarme.
No desearían poder dejar de leer esto ahora mismo, pues no, yo los controlo. La intriga los mata, sean víctimas de lo que hacen los sentimientos…